jueves, octubre 06, 2005
La m�sica me permite complacer a las personas: Heliodoro Copado
Considerado un pilar en la m�sica huasteca, el violinista queretano hoy est� enfermo y olvidado.VEAN REPORTAJE DE PERIODICO PULSO DEL JUEVES 6 DE OCTUBRE, SECCION SLP P�GINA12.
Su disco La pasi�n, con Los Camperos de Valles, lo grab� en 1992 en los estudios de Peter Gabriel
ARTURO CRUZ BARCENAS
Heliodoro Copado (Neblinas, Quer�taro, 1939) es un gran violinista de la tradici�n huasteca, un virtuoso, creativo y con una t�cnica aprendida sin necesidad de pentagrama. Su aprendizaje lo obtuvo al ver y escuchar a los viejos. No sabe cu�ntas canciones, entre polkas y sones o huapangos, ha compuesto, pero los que entienden de esta m�sica lo tienen como uno de los principales, al lado de figuras como Juan Reynoso, de la Tierra Caliente; Javier Bautista, de Michoac�n, y el reci�n fallecido Eusebio M�ndez, de la Sierra Gorda, por citar s�lo algunos.
Ha transmitido mucha alegr�a a trav�s de la m�sica. Pero hoy se halla enfermo y necesita que las autoridades, sobre todo las de cultura, le ayuden con una pensi�n. Difusor del son en Europa y Estados Unidos, durante una gira por California una embolia fren� su trabajo, hace m�s de siete a�os. Su esposa, Victoria Ib��ez, lamenta el olvido de los que Heliodoro consideraba sus amigos. "No tiene grupo y no quiere tocar solo", coment�.
Para ayudarlo un poco, este m�sico recibir� un homenaje del p�blico que lo conoce a trav�s de sus grabaciones, al que asistir�n m�sicos huastecos a los que ha inspirado, ma�ana, domingo 7 de diciembre, en la Explanada de la delegaci�n Tlalpan, a las 13:00 horas. Participar� su tr�o, Los Camperos de Valles. La invitaci�n impresa se�ala que Heliodoro no tocar�, por la embolia, pero �l, en entrevista, dijo que s� lo har�, "�c�mo no!". No quiere andar dando tumbos ni pasando verg�enzas, expres�, ya que seg�n �l no posee ya la capacidad para tocar con virtuosismo.
Eso no es cierto. Al pedirle el agazajo de o�rlo, tom� su viol�n y toc� como los dioses huastecos. Ma�ana se escuchar�n los temas de su cd titulado La pasi�n (Discos Coras�n), grabado en 1992 con Los Camperos, durante una de sus m�ltiples giras internacionales, en los estudios de Peter Gabriel, en Inglaterra.
En los 15 sones huastecos de este disco, la inspiraci�n de los tres m�sicos es notable: Marcos Hern�ndez, cantante y huapanguero, reta a Heliodoro, quien le responde con la forma de unos vuelos improvisados en su viol�n, transformando La guasanga, El caim�n, El fandanguito, El llorar... todas obras maestras de la tradici�n sonera. Es esta capacidad de reinventar el repertorio tradicional, de adornarlo con floreos en el viol�n, con punteos inesperados en la guitarra huapanguera y con versos compuestos en el momento. Gregorio Solano toca la jarana y canta.
Heliodoro fue durante 25 a�os el violinista de Los Camperos de Valles. "Yo siempre viv�a en un rancho, y por ah� hac�an bailecitos de guitarra, jarana y viol�n. Entonces yo iba y me juntaba con otro muchacho y otros amigos de mi infancia para escuchar la m�sica. All� empez�bamos nosotros; le ped�a el viol�n prestado a los que estaban tocando para ver si me sal�a una nota y con suerte los m�sicos que iban a tocar no eran ego�stas y dec�an 's�, c�mo no', y as� me fue naciendo y me fue gustando."
La ingratitud, lo que m�s enferma
La ma�ana del viernes, la ciudad amaneci� con neblina mezclada con esmog. Heliodoro sorb�a caf� y su esposa lo tapaba con un gab�n. Extiende una carta que le enviaron de Alemania donde le reportan regal�as, "pero nunca lleg� el cheque". Viv�a de la m�sica y hoy no toca.
Dijo: "La m�sica me permite complacer a las personas, a quienes quieren o�r unas trovas. Se esfuerza uno y se toca lo m�s que se puede. Es bueno complacer y cantar a la mujer de uno, a los amigos, a la familia, al p�blico. Me gusta que queden contentos. Es bueno dar alegr�a. Tengo muchos amigos, a quienes les gusta bailar el son.
"Hay unos muchachos que saben los pasos. No he hecho escuela; no he ense�ado, aunque algunos han aprendido al o�rme. Ahora llegaron otras m�sicas; se han arrimado los gruperos, los sonideros. Han invadido. Ni modo. Se los permite el presidente municipal."
Ha grabado en casetes algunas de sus composiciones, las cuales espera que alg�n d�a salgan en disco. "Unas piezas se me olvidaron, por la embolia que no me deja tocar. Quisiera hacerlo. Una persona como yo no puede vivir sin tocar".
Su memoria lo lleva a su infancia, cuando comenz� a cantar y tocar "poquito el viol�n". Le ense�� algo El Negro Marcelino Tovar. "No s� nota; puro o�do. Esto es como un sentimiento. Se trata de que le guste al p�blico. He tocado para todos los presidentes, de L�pez Mateos para ac�, para gobernadores. Cuando viajaba, en las giras, me pagaban todo. Fui a Chile, Ecuador, Europa".
Son famosas sus interpretaciones de paso dobles.
El horno no est� para bollos y pide al gobierno, a las autoridades de cultura, que lo ayuden, "para estar tranquilo". Hace a�os, unos funcionarios de Quer�taro le prometieron ayuda. Nunca lo llamaron y ya est�n otras personas en los puestos p�blicos. "Como yo, hay otros m�sicos olvidados, aunque hemos hecho mucha m�sica, mucha tradici�n. Ojal� me reconocieran algo. Mucha gente cree que mi familia y yo tenemos dinero".
Lo que m�s le enferma ahora es "la ingratitud", inclusive de sus compa�eros. "Son cosas de la vida dif�ciles de comprender, pero que suceden".
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