Tocando tierra (Oaxaca, la música de la Mixteca baja 1)

Parte de la mùsica y mùsicos de nuestro hermoso, aunque conflictivo paìs, vistos por Eugenia Leòn,
Enjoy.

ÚLTIMO ADIOS A MI ABUELA.

Hace poco menos de 2 semanas, en una cama de un asilo, fallecía mi abuela a los 95 años de edad. Victima de insuficiencia renal y de un paro cardiaco fulminante, ella terminó sus días haciendo una vez mas muecas a la misma muerte. Muchas veces se paró frente a la huesuda, bailó con ella y le dió mil vueltas, le escupió en la cara y hasta le dio unas cuantas bofetadas, se sentó en su regazo como niña y hasta le hizo que le contara cuentos infantiles mientras se burlaba de ella. La muerte en su desesperación le decía "Ya caeras, como todos lo hacen" y mi abuela ni le hacía caso.

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Pero ella no caía. Todavía me contó como le habían hecho sus honores militares al tataratataraabuelo. La milicia lo honró y lo llevo a caballo hasta el panteón. Aún me permitió escuchar las historias de sus pretendientes, de aquellos de un México de antaño que le llevaban flores y que hasta le llegaron a escribir canciones para que ella las tocara en su piano, muchos muchos años antes de que la artritis acabara con su hermosas manos de pianista y que su profesión de dentista terminara por pandear sus dedos como uñas retorcidas. Aún escuché hace años , de su propia boca, la narración de la muerte de mi abuelo en 1986, un día que creo que era de entre semana y que se había él salido a batallar con las bujías del Falcon verde olivo estacionado frente a su casa de pedro moreno. La bujía finalmente le ganaría la batalla a mi abuelo, batalla que no le había ganado el cáncer años antes, lo tiraría a la entrada del zaguán en los brazos de mi abuela y caerían los 2 ...ella asustada por mi abuelo, él...casi muerto de un paro cardiaco fulminante. Poco después me contaría que el no había muerto, que seguía vivo en la clínica pero que, el doctor quería abrirle para masajear su pobre corazón casi sin vida...aún había esperanza de vida, pero no de calidad de la misma - Lo debimos de haber salvado Jaimito- me dijo mi abuela ese día - Yo si lo habría cuidado aunque fuera como una planta -

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La pelea continuó y mi abuela , round tras round, noqueaba a la muerte siempre. La muerte se llegó a preguntar varias veces si era necesario seguir intentando acechar a ese acérrimo rival...¿No sería mejor encargarse de otras personas? y así lo hizo, se fué llevando uno a uno a muchos de los compañeros y amigos de mi abuela. Knockouts los hacían caer uno a uno , fulminados por el tiempo confabulado con el dolor y el desgaste. Mi abuela no caía...hasta que le muerte , en su desesperación y con maniobras sucias, un gancho le dió hace varios años y casi la mata. Mi abuela , tambaleante, se levantó de la lona pero ahora ya con ayuda de nosotros sus familiares. Intentamos cubrirle durante mucho tiempo, unos más que otros, pero a final de cuentas cayó vencida. Ese día, el doctor le había hecho una curación en la mañana y ella se defendía de él por que creía que la quería lastimar, probablemente creía que era una vez más su contraincante huesuda, tratando de tirarle al suelo.

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Con la distracción de la mini intervención y con un poco de ayuda de la selección nacional...mi abuela volvió la cabeza y perdió la noción y el cuidad...La muerte un nuevo golpe le había propinado y la tomo sin prevención...se distrajo. Nosotros veíamos un rato un partido cuando , de manera extraña presentimos algo. Probablemente las ondas de la llamada celular que nos haría saber que por fin la muerte había sorprendido a mi abuela y que había sido implacable con ella. Había muerto a las 4:29 de la tarde del día jueves 13 de agosto, unos días antes de mi cumpleaños.

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Maldita muerte, no me da coraje el que se la haya llevado. Me disgusta al máximo el que haya faltado el respeto a la constructora de tantas paredes y calles y nociones y profesionistas. Que se lleve de esa manera a la gente que pelea durante toda una vida para mejorar las cosas y , a pesar de ser un tanto soberbia, lo hacía por el bien. Gente bien hecha como ella no creo que queden muchos. Pero saben que? Al final la muerte no pudo con ella. Mi abuela se quedo en las paredes de su casa, se quedo en lo que como ejemplo de constancia hizo, se quedo en mis tíos y mi padre, se quedó en todos sus familiares. Poca gente fué al funeral...y es que en realidad no estabamos llamados al funeral nosotros, mas bien pienso que ella fue invitada a reunirse con los suyos, a volver a caminar con mi abuelo por el zaguán de la casa y a reencontrarse con sus padres a los cuales hacía muchos años ya había perdido.

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La vida parece ser muy contradictoria...te la pasas peleando para el final perderla. Me he preguntado que sentido tiene vivirla de esta manera? y he encontrado la respuesta, leanla bien: La vida vale la pena vivirla de manera correcta por que al final los que quedan seguirán de una manera o de otra con tu legado y tu obra, ya sea material o espiritual. Mi abuela dejó mas que las paredes de su casa que se caían a pedazos por el salitre...dejó 4 hijos , muchos nietos y muchisimas generación de médicos formados en odontología. Esperemos que ellos y nosotros podamos seguirle la pista a la vida y oponernos a la muerte, oponernos hasta que nuestras entrañas ya no resistan y nuestros huesos se quiebren bajo el peso opresor de la muerte.

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Al final habremos luchado contra ella y eso es lo que cuenta como ejemplo para todos los demás.

no se donde este mi abuela y hoy la extrañe. Hoy al oir llorar a mi Madre diciendole a mi padre que ya no teníamos a quien visitar. Después de todo sigues aqui abuela en nuestra mente y corazón. Te voy a extrañar mucho y la verdad es que no te lo dije demasiado pero te quiero.

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Galvanii.